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Lo bonito de La Mercè es que la ciudad entera se abre y se vuelve escenario: un festival a cielo abierto, gratuito y compartido, donde todo el mundo puede formar parte sin necesidad de pagar una entrada.
Dentro de La Mercè conviven dos universos distintos pero complementarios. Por un lado, está La Mercè, pensado para un público amplio y por el otro el Festival BAM, que apuesta por lo más fresco y experimental de la escena local e internacional. Entre los dos conforman una programación que convierte a la ciudad en un gran escenario.
