Ruda Bonilla explora R&B y rock en su esperado EP Ley del hielo
Las canciones de Ruda Bonilla nacen de imágenes, recuerdos y paisajes internos que se entrelazan con melodías y letras que flotan entre nostalgia, sensualidad y descubrimiento. Con colaboraciones clave como las de Niebvla, ha ido construyendo un sonido íntimo que transita entre lo vulnerable y lo expansivo, desde Naufragio hasta Addicted to this feeling. Su próximo EP, Ley del hielo, la muestra explorando géneros más clásicos como el R&B y el rock, buscando concretar emociones, potenciar su voz y transformar la fragilidad en presencia y fuerza. En esta conversación hablamos sobre cómo la nostalgia y los recuerdos atraviesan su música, su proceso creativo tanto en colaboración como en solitario, y la transición de Naufragio a Addicted to this feeling y su próximo EP Ley del hielo.
En tu música siempre aparece esa sensación de memoria y nostalgia. ¿Cómo se entrelaza tu historia personal con esos paisajes sonoros tan emocionales que construyes?
Siempre he sido una romántica la verdad. El pasado como algo intangible, que no volverá, que no puede cambiarse y que a la vez te hace ser quien eres me ha removido siempre mucho. A la hora de escribir recurro mucho a ese anhelo o recuerdo porque es una manera natural para mi de transitarlo y transformarlo en otra cosa en el presente, sobretodo con los recuerdos que más me pesan o duelen, por eso casi siempre acabo escribiendo desde esa nostalgia o tristeza. Aunque últimamente también estoy escribiendo desde otros lugares como la diversión o la sensualidad que son cosas que también están muy presentes en mi día día y creo que debería seguir explorando eso.
Me gusta que menciones los paisajes sonoros porque cuando hago música o me imagino una canción que quiero componer, casi siempre parto de una imagen, un paisaje. Puede ser una casa desordenada, una mano acariciándome, unas escaleras de nubes que no sé a donde llevan, cualquier cosa, pero casi siempre aparecen imágenes, aunque sean fugaces, antes que melodías o palabras.
De pequeña pasaste por la música, la poesía, la danza y el teatro. ¿Qué huella dejó cada una de esas disciplinas en la artista que eres hoy?
Pues va un poco relacionado con lo que contaba antes sobre encontrar una manera natural de sobrellevar y transitar las cosas que siento. Creo que todas estas disciplinas se entrelazaban en una niña que se hacía muchas preguntas sobre la experiencia humana y en ellas encontraba un refugio, un canal, una sensación de conexión con una capa más profunda de ella misma. También el sentimiento de comunidad que se llega a crear bailando o actuando, es de las cosas más valiosas que llevo conmigo.
Las canciones de Ruda Bonilla nacen de imágenes, recuerdos y paisajes internos que se entrelazan con melodías y letras que flotan entre nostalgia, sensualidad y descubrimiento. Con colaboraciones clave como las de Niebvla, ha ido construyendo un sonido íntimo que transita entre lo vulnerable y lo expansivo, desde Naufragio hasta Addicted to this feeling.
Su próximo EP, Ley del hielo, la muestra explorando géneros más clásicos como el R&B y el rock, buscando concretar emociones, potenciar su voz y transformar la fragilidad en presencia y fuerza.
En esta conversación hablamos sobre cómo la nostalgia y los recuerdos atraviesan su música, su proceso creativo tanto en colaboración como en solitario, y la transición de Naufragio a Addicted to this feeling y su próximo EP Ley del hielo.


Tu formación en interpretación y arte dramático te dio una consciencia corporal muy fuerte. ¿De qué manera influye eso en cómo produces, cantas o te mueves en un escenario?
A veces siento que incluso ha sido contraproducente en algunos sentidos porque de repente me encuentro controlando o juzgando cada movimiento o melodía que hago mentalmente hahaha, aunque justamente lo que me enseñaron fue un poco lo contrario; a encontrar un equilibrio entre el control sin juicio y el descontrol con consciencia. Supongo que con la experiencia eso irá pasando menos porque una encuentra sus maneras. A parte de esos momentos de “overthinkeadora”, también hay otros en los que puedo olvidarme de ese juicio y disfrutar plenamente de la magia que se crea cuando dejas de calificar algo como “lo estoy haciendo bien o mal” y simplemente pones tu atención y emoción al servicio de compartir con otras personas algo que es una parte de ti.
Creo que ambos son importantes y necesarios. Para mi compartir espacios de creación significa expansión, nutrición y a la vez saber concretar y detallar para poder construir en una misma dirección. Niebvla ha sido un pilar fundamental en la creación de mi música hasta ahora, su visión ha complementado y ampliado la mía. Siento que cada una tiene sus puntos fuertes y que juntarlos ha ayudado a que se pueda sacar más jugo de un proceso.
Al mismo tiempo, cuando compongo sola disfruto mucho de ese momento porque puedo darme lugar a investigar, deambular, delirar. Eso también puedes hacerlo en conjunto pero creo que son maneras diferentes de acercarse a ello. A la hora de escribir por ejemplo, lo que hago con Niebvla es improvisar melodías o alguna frase suelta, pero a partir de ahí casi siempre hago el resto sola, porque necesito ese momento de sumergirme en mi propio mundo y entrar en bucle con una letra.
Has trabajado muy de cerca con Niebvla y con otros artistas, ¿Cómo cambia tu manera de crear cuando compartes el proceso con otros, frente a cuando compones de forma más íntima?


Naufragio parecía un disco muy vulnerable, muy hacia dentro, mientras que Addicted to this feeling suena más expansivo y transformador. ¿Cómo viviste tú ese tránsito entre un proyecto y el otro?
Naufragio fue creado en uno de los momentos más duros de mi vida a nivel emocional y personal y siempre me pasa que desde el inicio de un proyecto hasta su fin, mi vida y mis procesos van paralelos a ese proyecto. Así que podría decir que después de un naufragio por fin llegué a tierra firme y sentía que podía respirar aire fresco de nuevo y que ese aire avivó mi llama. Una llama que destruía e iluminaba a la vez. Addicted lo siento muy fuego y Naufragio muy agua, permitidme aquí la redundancia.
En tu próximo EP, Ley del hielo, te acercas a sonidos más clásicos como el R&B o el Rock. ¿Qué necesitabas expresar en este nuevo registro que no podía salir en tus trabajos anteriores?
Es un EP que a través de una historia de amor habla de la importancia de aprender a usar tu voz, tu presencia, tu poder, en el momento y de la manera necesarios. Entonces, yo creo que la decisión de partir de géneros más clásicos, además de que simplemente nos apetecía, tiene que ver con que queríamos una energía directa, sólida y diferente a lo que habíamos hecho hasta ahora. En este caso nuestro trabajo no ha girado tanto en torno a experimentar, sino a concretar, “simplificar”, potenciar y diría que a acercarnos a un universo más fácil de digerir en comparación a anteriores trabajos.
¿Qué papel tuvieron colaboradores como Pol Romero y Cristopher Hauschildt en esa transformación de tu sonido?
Ellos han aportado mucho al proyecto en cuanto a acordes, melodías, estructuras… Los dos se complementan y se entienden realmente bien a la hora de tocar o improvisar y eso me daba la vida. Tener la oportunidad de improvisar con mi voz y gente que toca así de bien un instrumento es algo que me ha cambiado la química cerebral como ya dije por Instagram. Ha sido muy divertido y gratificante sentir la complicidad y conexión que se creaba en el estudio. Es una manera en la que nunca antes había compuesto música y sin duda quiero hacerlo más.