Entre divas y hardcore: la visión radical de Hundred Tauro
Hundred Tauro entiende el club como un lugar de fricción y libertad. Sus sesiones parten del pop —esas divas que funcionan como referentes para toda una generación queer—, pero lo llevan hasta el extremo: lo rompen, lo endurecen y lo convierten en hardpop, un sonido propio donde el exceso y la intensidad se convierten en motor. En cabina, construye narrativas a partir de mashups y remixes que descolocan y a la vez generan reconocimiento.
¿Cómo definirías tu manera de pinchar, en términos de técnica, energía y narrativa en cabina?
Siempre he sido más fan de los remixes que de las versiones originales. Como persona queer, una diva siempre te influye; es como una amiga que te da buenos consejos para no brotar y crea un safe space con su presencia. Pero también tengo una relación amor-odio con el pop, por eso necesito unirlo con el hardcore. Me ilusiona, creándome mucho hype (para vender), para luego nada.
Estoy cansado de ese rollo de “este es mi disco más crudo y más duro” y luego todo son guitarras acústicas y un piano o del estilo de los 80… no puc més. Por eso discos como Confessions on a Dance Floor, ARTPOP o Electra Heart me marcaron tanto: melodías icónicas, bases electrónicas duras mezcladas con mucho gusto con elementos de otros estilos y un concepto real con un carácter propio.
Me gusta poder estirar el pop hasta romperlo y llevarlo a su versión más dura y cruda; siento que es más lógico, real y sincero con el mensaje que intenta vender. Si tienes una canción con una letra intensa, ¿por qué no pones la base con la misma intensidad? Los mashups son mi laboratorio. Cuando creo pienso mucho en la pista y en lo que yo quiero escuchar, y también en lo que quiero que escuchen los demás: mostrarles mi alternativa a la versión que ya se conocen. Es como crear una atmósfera de adrenalina + zona de confort.
Tu sonido mezcla pop con hardcore y techno. ¿Cómo equilibras esas influencias en un set?
Yo suelo llamarlo hardpop, creo que se entiende rápido jeje. No creo en la pureza de géneros. Lo encuentro una idea muy de señor mayor. Todo se mezcla, como la vida misma, te guste o no: simplemente permítetelo.
Para mí la clave está en la melodía. Cuando busco temas nuevos de hardcore, hardtechno, psytrance, drum and bass, whatever para un set y aparece una canción con una melodía muy marcada y sin letra, ten por seguro que lo primero que va a hacer mi mente es cantar una canción de cualquier diva pop encima que tenga unas notas o ritmos similares, y así rellenar ese espacio y que “no me aburra solo la base”, por decirlo de alguna forma. Es en ese momento que considero que es mejor crear lo que ya has podido visualizar y hacerlo a tu gusto que tener que buscar el remix que ya existe. Por eso un 90% de mi set son solo mashups míos; así también le da un aura de concierto, más personal.
Hundred Tauro entiende el club como un lugar de fricción y libertad. Sus sesiones parten del pop pero lo lleva hasta el extremo: lo rompe, lo endurece y lo convierten en hardpop, un sonido propio donde el exceso y la intensidad se convierten en motor. En cabina, construye narrativas a partir de mashups y remixes que descolocan y a la vez generan reconocimiento.
Desde Barcelona, y como parte del colectivo Blex, se ha consolidado dentro de una de las escenas más vibrantes de la electrónica queer actual. Blex no es solo un proyecto musical, sino un manifiesto estético y político que transforma cada fiesta en una performance colectiva, donde cada miembro aporta su propio lenguaje.


Estás ahorita en tus primeros pasos en producción, ¿no?
Ahora mismo estoy muy enfocado en crear mis remixes y temas propios. He estado años trasteando mucho tiempo por mi cuenta, programas, sintes, sonidos y descifrando un poco el sonido que quería, y durante ese proceso aprendes todo lo que haga falta porque te motiva. Ahora siento que ya después de 3 años experimentando con los mashups y viendo la reacción positiva de la gente, toca desbloquear el siguiente nivel. También me ayuda mucho tener a mi novio Sam (Naive Supreme) y amigos que sean DJs y creativos a mi lado, que me dan feedback y yo también a ellos; nos retroalimentamos un poco.
Tengo un track bastante adelantado y mi idea es sacarlo en un mes o dos. Lo empecé hace tiempo y estoy en esa fase de definir los detalles y masterizar, pero el sonido y el concepto ya me gusta como ha quedado, es lo que buscaba.
¿Y cuándo podríamos escuchar algo de esto en lo que estás trabajando ahorita?


¿No sientes el cringe de iniciar algo? A mí me pasa todo el tiempo
El cringe siempre está, sobre todo en un inicio. Al exponerte, automáticamente lo primero que recibes son opiniones y, por tanto, juicio, cuya base es el miedo; es como un instinto natural de supervivencia. Te obliga a definirte y ser duro y sincero contigo mismo para saber quién eres y qué proyectas a los demás, es parte del proceso. Al cuestionarte piensas más y buscas mejoras para que todo tenga coherencia y sea cómodo. Noto que cuando afrontas ese miedo y lo haces jugar a tu favor, al final la gente lo entiende y lo valora mucho.
Yo hago lo que me gustaría ver en un escenario. El artista se crea su propio hype. Soy una persona que va con expectativas altas; no me gusta cualquier diva básica. Me gusta la diva potente, la que deslumbra, y es lo que intento crear cuando pincho. El cringe lo pueden sentir quienes no entienden la puta vibra jeje.
Hablando un poco de la escena… ¿Cómo entiendes la relación entre lo mainstream y lo underground?
El mainstream siempre ha comido del underground, eso no es nuevo. Al final todo lo grande empieza desde abajo. Al mainstream le encanta descubrir cosas raras, pero adaptarlas a todos los públicos y niños, y eso es lo que se lo carga todo. Lo que creo es que ahora se han girado los roles. Me refiero: antes me imaginaba el mainstream como el tiburón dominante y ahora quien lo es es el underground, lo ha atacado desde abajo y lo está devorando lentamente.
¿Cómo ves la escena queer y experimental en Barcelona y qué lugar ocupa Blex dentro de ella?
Barcelona tiene muchísima energía ahora mismo. Hay un montón de colectivos, creados por el propio colectivo y por la gente de la calle, la que tiene ganas de hacer cosas bien, no a medias y con intención.
También hemos podido conquistar los espacios grandes: discotecas y festivales, ya no solo en los clubs más pequeños. Siento que, en general, entre todes estamos haciendo evolucionar de verdad el concepto del club y salir de fiesta sin que sea awkward ni un coñazo. Blex, para mí, es decirle a la gente: permítete hacer lo que te da la gana, porque no está mal, solo te lo han hecho creer.


Cada miembro tiene una forma particular de presentarse (Virgen María, Naive Supreme, tu outfit de tiburón). ¿Qué representa en tu caso esa elección?
Representa muchas cosas a la vez. Desde peque siempre me obsesionaron. Me dan respeto. Son violentos, pero de una violencia natural, no humana. Me representa muy bien el concepto del hardcore y quise llevar esa imagen al arquetipo gay, siendo como una sirena pero con otra visión más oscura, siendo un ser creado por dos cosas opuestas.
Blex no solo organiza fiestas, también transmite un mensaje político. ¿Cómo lo vives desde adentro?
Es una política permisiva: cada uno hace lo que quiere mientras lo sepa defender y no joda. Creo que esa es la actitud de Blex y lo que a la gente le gusta. Como que ningún DJ invade el espacio del otro y cada uno tiene su volanda muy marcada y se respeta. Eso al final crea una dinámica de compenetración que el público nota. Ser uno mismo fuera de las cuatro paredes de tu casa es lo más importante, y Blex existe para esto: para probar cosas, de identidad, de género, de deseo, hasta técnica de DJ...