¿Qué te llevó a trasladarte a Barcelona y cómo ha influido esta ciudad en tu música?

Yo soy de Lima, Perú. Llevaba ya unos años trabajando en un estudio de música haciendo música para artistas y para agencias de publicidad y otras marcas, estaba un poco cansado y como un poco “cómodo” con el circuito al que pertenecía, me sentía también un poco perdido musicalmente.

La gente de Perú, especialmente de la escena electrónica limeña, entenderá lo que quiero decir con “comodidad”: cuando estás en una esfera donde ya conoces a los mismos artistas y todo lo nuevo que te llega viene de afuera. Era como: “Wow, tal artista, tal festival de afuera”, siempre lo de fuera. Y pensé: “¿Qué pasa si me voy “afuera”, donde nunca he estado, estudio algo nuevo y me quedo por ahí a ver qué pasa?”. Entonces apareció Barcelona. Un amigo mio me dijo: “Mira, voy a hacer un máster de Music Business”. Y pude reunir el dinero para pagarme el master y me vine con esa idea.

Como artista, me gané una subvención (una especie de inyección económica para artistas, que se traducía en lanzamiento musical, gestión de videoclip, gestión de tu marca como artista, etc). Eso me ayudó mucho a perfilar mi proyecto, a entender mejor lo que quería hacer y sobre todo, cómo empezar en Barcelona y Europa. En ese momento creo que todavía no lo tenía del todo claro, pero sí sabía muy bien lo que no quería. Y eso me ayudó a definirlo un poco más. A los seis meses empezó el COVID y tuve que buscar curro de lo que se pueda.

Por suerte encontré curro en una agencia de distribución musical, y esa agencia me abrió las puertas para conocer sellos de Latinoamérica, porque yo era el único agente latino en una empresa donde todos eran catalanes. Así empecé a entender el music business de aquí. Gracias a esta empresa también aprendí el idioma. Después, mientras seguía en Barcelona, fui creciendo como artista y empezaron a surgir oportunidades, tocadas, festivales, etc.

¿Qué elementos de la cultura peruana consideras fundamentales en tu música hoy en día?

Yo creo que en realidad ha sido un viaje. Nunca tuve tan claro “lo de incluir elementos de la música peruana”. Siempre he estado muy admirado por la música peruana en general y siempre tenía el sueño de incluirla en mi trabajo de una forma donde pueda impregnar mi sonido a la vez.

En mi música, lo afroperuano está bastante presente: los ritmos ternarios, las cadencias, ciertas estructuras. A veces siento que mi música peca de ser monótona o simple, y con el tiempo he entendido que eso también forma parte del ADN de muchos géneros tradicionales. Ese carácter repetitivo, casi hipnótico, termina siendo un ingrediente que aparece sin que me lo proponga.

Desde la primera vez que vi a Vitu Valera en la edición de Club Expansivo en ISLA6, su proyecto me atrapó por completo. Su sonido, marcado por cadencias afroperuanas, texturas electrónicas y una sensibilidad melódica muy personal, revela a un artista que entiende la música como un espacio de memoria, movimiento e identidad.

Vitu es un artista que ha encontrado en Barcelona un territorio para reinventarse y, al mismo tiempo, para expandir las raíces peruanas que atraviesan su obra. Entre MIGRX, su exploración sobre la migración, y Abrecaminos, su más reciente etapa creativa, su música parece dialogar con ese impulso interno de avanzar, de confiar en uno mismo y de abrir senderos propios incluso cuando no existe un mapa claro. En sus palabras, Abrecaminos funciona como un recordatorio de que a veces la búsqueda artística también es una manera de afirmarse y de no depender de las decisiones de otros.

Además de su trabajo como productor y performer, Vitu forma parte del sello Matraca y es cohost de La Rara, un espacio que amplifica voces y oficios esenciales de la escena, más allá del foco habitual. Con un futuro inmediato que incluye fechas en Perú, nuevos bolos en Barcelona, un live A/V en camino y un álbum previsto para la próxima primavera, Vitu Valera se consolida como una de las figuras más interesantes y expansivas de la escena barcelonesa contemporánea y me alegra mucho poder entrevistarle.

Hablemos de “Abrecaminos”, ¿cómo nació la idea de este track y qué querías transmitir?

En realidad ese tema comenzó con unas grabaciones de tambores batá que hice en Lima con un amigo percusionista peruano Cristians “Afrotronic” Reátegui que había estudiado en Cuba. Él me dijo: “Oye, ¿por qué no grabamos los batá?”. Y grabamos los batá sin ninguna intención ni ambición de que terminara siendo un tema.

Luego tuve un primer bolo, donde pude tocar en directo por primera vez en Barcelona con mi proyecto live, y le puse de nombre MIGRX, que era el título del álbum que estaba lanzando en esa fecha.

Quise hacer una canción especial como introducción para ese show en concreto y la llamé Abrecaminos. Y nació así, de un día para otro. Estaba super inspirado dos días antes del show, y de repente se me ocurrió empezar con las voces super alargadas, los sintetizadores bien oscuros, el ritmo terrenal combinando batería de dembow con chacarera… y ahí empezó todo lo de Abrecaminos.

¿Cómo se relaciona “Abrecaminos” con tu trayectoria anterior, especialmente con MIGRX y Caballo Suelto?

Abrecaminos, además de ser el nombre del single y el nombre del álbum, es el nombre del ultimo Live a/v que presentamos en el último show.

En realidad le puse Abrecaminos sin darle muchas vueltas y, con el tiempo, me di cuenta de que estaba abriéndome un camino literal: estaba abriéndome un camino para poder escucharme a mí mismo, ¿sabes? Para poder hacer un directo yo solo. Porque lo que viste, por ejemplo, en lo de Club Expansivo, fue un directo que nunca había hecho.

Fue la primera vez que hacía realmente un directo donde solo estaba yo sin banda, sin visuales. Siempre había tocado en banda porque mi visión del proyecto es algo más colectivo, pero por cosas de la vida a veces la banda no podía estar presente: un integrante no podía, o se iba de gira, o se volvía a su país.

Entonces dije: “Mira, creo que es el momento de abrirme el camino yo”. Y esa fue la intención. Sin querer, se generaron muchas más cosas. Desde que empecé ese proyecto en solitario se abrieron un montón de oportunidades. También me gustaría que la gente lo sienta como una especie de llamado a creer en uno mismo y a no depender de las decisiones de otras personas.

Puede sonar complejo, pero en realidad no lo es tanto. Puede sonar como si hubiera sido un año de preparación, pero en realidad, si tienes las ideas claras, pueden ser un mes, tres o cuatro sesiones y ya.

Me parece increíble la calidad de los músicos con los que trabajé. Desde que llegué a Barcelona, el baterista, por ejemplo Jankely, me parece una máquina; toca súper bien, y desde que lo conocí, siempre fue como “¡wow! Me encantaría tocar con este batería algún día”. Y pasó: se lo propuse y me dijo que sí.

Luego conocí a Sean un bajista de New York increíble que también se sumó, y después al encargado de los visuales, Chepe, que también estaba súper motivado para hacer el proyecto. Así fuimos armando todo y tocando. Yo creo que lo montamos en unos dos meses.

El primer bolo fue antes de esos dos meses. Actualmente, el proyecto llamado MIGRX Live band ya no está vigente. Por ahora tengo Abrecaminos Live A/V, que fue lo que hicimos puntualmente para La XIV Mostra del Convent Sant Agustí con Chepe en los visuales y el formato Vitu Valera Live (solo). Ahora empieza una nueva etapa: Abrecaminos es como una nueva versión del directo.

Por curiosidad, ¿cuánto tiempo te toma armar un live de este tipo?

MIGRX Live es un formato que nació con la intención de hacer un proyecto de batería, percusiones con pads electrónicos y bajo. Básicamente era yo tocando la beat maker, que es el MPC y percus agudas como la quijada de burro y charrasca, el baterista tocando también la batería orgánica y, a la vez, tocando una SPD, que es una batería de pads.

La visión de este proyecto siempre fue darle voz a la música orgánica dentro del formato club, mostrando cómo los sonidos orgánicos se transforman en electrónicos y que esto se pueda ver en directo. Eso era lo que quería transmitir y creo que se logró.

Pudimos hacer muy buenos shows: llegamos hasta La Mercè, en Barcelona, lo cual fue increíble. También fuimos a Lisboa y a Berlín. En el proceso hubo cambios con los integrantes, y dije: “No pasa nada, voy a seguir con mi proyecto live”. Ahora, aunque se disolvió un momento, hemos empezado a juntarnos de nuevo, pero con otra intención: ya el sonido está creado, y los elementos se complementan mejor, cada sonido encaja con el otro.

MIGRX Live combina músicos en vivo, pads MIDI y visuales A/V, ¿cómo surgió este formato y qué diferencia tiene con un live convencional de DJ?

¿Cómo te fue en ese show en La Mostra del Convent?

La verdad es que fue súper chulo. Me encantó todo el show, pero hubo un momento en que empezó a llover. Y yo pensé: “mira, se jodió todo”. Pero en ese momento pusimos unas telas verdes de plástico encima y teníamos unas luces debajo de esas telas lo cual hizo que se viera bastante interesante Y justo entonces dejó de llover por unos cinco o diez minutos, lo suficiente para tocar un par de temas más.

Esa parte del show con las telas de plástico iluminadas se vio súper especial. Te voy a pasar el video porque lo tengo guardado. Creo que la gente también se quedó con ganas de más; estaban bailando bajo la lluvia. Fueron pequeñas gotitas, pero el ambiente seguía con mucho feeling. La gente gritaba, quería más… pero empezó a llover de nuevo y tuvimos que parar. Nos quedamos con ganas de más.

¿Qué papel juega Matraca en tu desarrollo artístico y en tu comunidad creativa en Barcelona?

Matraca en mi carrera me ha apoyado y me apoya muchísimo, tanto como artista como parte del equipo. Me ayudó a conocer muchos proyectos artísticos de electrónica y DJs, y eso me permitió ser parte de una comunidad: tener un equipo donde pudiera lanzar mi música, conocer gente que creyera en mí y que me permitiera avanzar.

Aunque me encanta pinchar, también puedo desarrollar el live dentro del sello. En este momento de mi vida, es como mi casa musical. En Barcelona pudimos hacer el lanzamiento del sello con el director, Adrian. Él se encarga de varias labores por ejemplo de la curaduría de la mayoría de los lanzamientos.

El último tema, “Abrecaminos”, lo publicamos bajo Matraca. La idea es que esto siga creciendo y generar comunidad. Al mismo tiempo, yo intento aportar lo que pueda en el sello y mantengo otros proyectos colectivos, como La Rara, por ejemplo.

Por ejemplo, el 5 de diciembre sale un lanzamiento super especial de Perú que forma parte del segundo volumen de un proyecto en colaboración de Matraca con Love in The Endz llamado “Perú: Adentro”.

En el radioshow tenemos un slot que se llama Nueva Bulla de Matraca, que forma parte de los lanzamientos de Matraca, y buscamos visibilizar los proyectos de gente que está en Perú produciendo desde allá. Esto ayuda a que la gente pueda conocer esos proyectos, seguir el contenido y conectar.

¿Qué papel juega La Rara en visibilizar la música de Matraca y de artistas emergentes?

Esto nació por los mismos personajes. Uno de los chicos de dublab me propuso hacer un radio show y pensé en el programa que tenía Orieta Chrem en Lima ella ya tenía el proyecto en Lima ya que ella se había mudado para acá hace unas semanas y le dije de colectivizarlo en Barcelona de tal manera que podamos montar la radio y hacer más cosas. Se lo propuse a Adrián y aceptó también.

La idea es dar espacio a gente que trabaja en la música y/o sonido y que no necesariamente tiene visibilidad como lo puede tener un artista. Por ejemplo, en la próxima sesión vamos a entrevistar a una chica que hace curaduría de eventos y programa un festival en Berlín.

Siento que La Rara nació para ir más allá del formato club y dar voz a personas super esenciales de la escena. A veces se pierde la narrativa real detrás de un proyecto con tanto enfoque en lo visual y las redes sociales. Mostrar el detrás de escena es fundamental.

Además de tu música, eres host de La Rara en Barcelona: ¿cómo surgió la idea del programa y qué buscas transmitir?

En MIGRX y Abrecaminos exploras la migración y la identidad, ¿cómo influye tu experiencia personal en tu música?

Es importante. No tenía pensado sacar ese álbum, créeme ni llamarlo “MIGRX”. Cuando lo hice, fue para enfocarme y conectar con personas migrantes aquí en Barcelona. A veces migras y no te salen los papeles como pensabas, o no encuentras trabajo porque no los tienes.

Para mi es super importante que la gente conecte con quienes migran, porque gracias a ellxs se escuchan otras sonoridades y se adaptan a un nuevo espacio. Ser migrante no es un delito a pesar de que hoy en algunos países lo es, y hacer música siendo migrante es un poder. Hay que resaltarlo siempre.

¿Cómo se presentan para ti los próximos meses? ¿Algún proyecto o fecha interesante?

Me voy a Perú a inicios de diciembre. Estoy súper contento porque voy a frenar un poco. Me voy con mi pareja y estaremos con mi familia. Tengo una fecha interesante en Lima. Tendré un momento personal bonito hasta finales de enero.

Cuando regrese en enero, tengo dos bolos aquí en la ciudad, en febrero y marzo. También tengo un live con visuales en febrero. Mi álbum está programado para lanzarse en abril o mayo, coincidiendo con la primavera.

Por otro lado, en septiembre hice un viaje a Isla Mauricio a una residencia artística. Fue mágico. Como músico siempre soñé con que mi música viajara y que me llamaran a colaborar en otro lado. Conocí a un chico del sello “Babani” en un gig en París, conectamos luego de nuevo aquí en Barcelona, y un día me escribió para proponerme de ir a Isla Mauricio a hacer música juntos. Fue increíble. De ahí salieron varios temas que se lanzarán el próximo año. Ojalá pueda hacer una fiesta en otro lugar del mundo. Me encantaría conectar más con el Sur Global y llegar a esos lugares.