(Algunos) random thoughts que tuve mientras vi el documental Esto Es Raptor House
Hay sonidos que nacen lejos del centro de la ciudad, de las academias y los estudios; vienen de barrios donde la música no es hobby: es pasión, protección, identidad, escape. Esto Es Raptor House lo recuerda de forma directa y hasta dolorosa: la cultura no siempre viene de arriba, muchas veces nace en los márgenes, en la calle.
(Algunos) random thoughts que tuve mientras vi el documental Esto Es Raptor House


Imagen: Esto Es Raptor House
Hay sonidos que nacen lejos del centro de la ciudad, de las academias y los estudios; vienen de barrios donde la música no es hobby: es pasión, protección, identidad, escape. Esto Es Raptor House lo recuerda de forma directa y hasta dolorosa: la cultura no siempre viene de arriba, muchas veces nace en los márgenes, en la calle.
No voy a fingir que puedo desarrollar este tema con profundidad (eso sería una tesis y no tengo ni tiempo ni las referencias necesarias para esto), pero sí me fascina el momento en el que estamos con la música y creo que está bien comentarlo. Especialmente en cómo los sonidos latinoamericanos, tantos años vistos como “inferiores” (o como quieras llamarle), hoy son respetados, celebrados y deseados.
De repente todos quieren subirse a ese tren: funk carioca, kuduro, dembow, guaracha, raptor house. Y sí, puede haber algo de oportunismo ahí, pero también hay justicia cultural y esto me parece importante mencionar. Porque la música latina merece estar en clubes, festivales y playlists globales. Merece ser escuchada sin prejuicios. Pero, celebrar estos géneros también implica reconocer sus raíces, sus barrios, sus códigos, sus tristezas y alegrías. No se trata solo de mezclar un loop y decir “aquí hay sabor latino”. Se trata de saber de dónde viene ese ritmo y qué comunidad lo sostuvo cuando nadie más lo quería escuchar.
Algunas cosas que pensé mientras veía el documental:
Me dio tristeza (y vergüenza) pensar que yo también puse mi granito clasista para desprestigiar algo tan venezolano.
El arte y la cultura realmente pueden darle sentido a la vida.
Venezuela es un país tan complejo y doloroso, pero también tan creativo.
Los medios pueden construir o destruir movimientos enteros.
No hay cultura underground sin vulnerabilidad y orgullo.
Ser fiel a uno mismo, aunque el mundo diga lo contrario, es importante y revolucionario.
Es raro aplaudir un género venezolano desde un cine en Europa, se siente tristeza y orgullo a la vez.
Ahora quiero saber más de la palabra "changa".
El pasaporte venezolano es TAN caro.
Elberth "El Maestro" se merece bailar en cualquier festival del mundo.
Reviví un poco de mi infancia con toda la historia del soundsystem y las minitecas.
Nick León es genial.
Quiero que la música venezolana llegue a más sitios.
Más que todo, el documental me dejó una sensación: el raptor house siempre estuvo ahí, fuerte y ruidoso, aunque muchos lo ignoráramos. Y hoy, verlo florecer y cruzar fronteras es una lección. Cultural, musical, y también personal.
